2. Define cantidades apropiadas para el modelado descriptivo.

Asignaste a tu clase de matemáticas una serie de problemas matemáticos verbales. Una de las preguntas dice así: "¿Cuántas personas votaron por el candidato Jones?" Los dedos vuelan por las calculadoras mientras tus alumnos tratan de determinar la respuesta correcta. Después de uno o dos minutos, Tommy levanta la mano y anuncia su respuesta: 4,602.28.

Deseas gritar: "¿Te volviste loco, Tommy? Una respuesta más próxima sería 4 porque, al menos, ¡sería posible! ¡Cómo diablos podría recibir un candidato 28 céntimas de un voto!"

Tranquilo, respira. El pobre Tommy cometió el tipo de error que lleva a profesores de matemáticas como tú al borde de la locura. Dio una respuesta que no tiene ninguna lógica.

Sean lo que sean las matemáticas, siempre son lógicas. Las respuestas siempre deben tener sentido. Las matemáticas suelen basarse en el conocimiento general —conceptos que suponemos son conocidos por todos los que tienen más de siete años— junto con una dosis saludable de sentido común (tú no, Thomas Paine).

Desde luego, el problema es que las personas tienden a ignorar tanto el sentido común, como los conocimientos que ya poseen. En especial, cuando se utilizan calculadoras, hay una tendencia a aceptar la respuesta obtenida. Esta ignora un principio muy básico: la calculadora responde lo que tú le preguntas, no lo que pretendías preguntar. Cada respuesta, cada paso a lo largo del camino, debería estar basado siempre en la realidad. Asegúrate de que tus alumnos sepan esto.